México y Estados Unidos: Colaboración sin Subordinación
A tan solo días del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dejó claro en su reciente informe de gobierno que la relación entre México y Estados Unidos seguirá siendo una de colaboración, pero jamás de subordinación. En un evento multitudinario celebrado en el Zócalo de la Ciudad de México, Sheinbaum destacó que el país no se someterá a las presiones externas, especialmente frente a los constantes ataques y amenazas provenientes del presidente electo de Estados Unidos.
“Nos coordinamos, colaboramos, pero nunca nos subordinamos”, exclamó Sheinbaum ante miles de asistentes. Este mensaje no solo refleja la postura de su administración, sino también una declaración de principios que resalta la soberanía de México en un contexto global cada vez más polarizado. La presidenta recordó momentos históricos donde la cooperación entre ambos países, como en el periodo de Benito Juárez y Franklin D. Roosevelt, se dio en un marco de respeto mutuo y sin imposiciones.
El regreso de Trump a la Casa Blanca ha renovado las tensiones entre ambos países, especialmente en torno a temas como la inmigración, el narcotráfico y las amenazas económicas. Durante su campaña electoral, Trump dejó claro que uno de sus objetivos es reforzar las políticas proteccionistas, incluso planteando la posibilidad de catalogar a los carteles mexicanos como grupos terroristas. A este respecto, Sheinbaum fue tajante al señalar que México gobierna para y por su pueblo, y que las acusaciones de Trump sobre el poder de los carteles no tienen fundamento.
Las amenazas de Trump
Lo que está en juego no es solo la seguridad de las naciones, sino también el respeto al derecho internacional. Como destacó la investigadora Iliana Rodríguez Santibáñez, las amenazas de Trump no solo afectan la diplomacia, sino que ponen en riesgo el equilibrio en los mercados internacionales. Este tipo de políticas unilaterales, que buscan imponer sanciones o ejercer presión a través de aranceles, son incompatibles con los principios de diálogo y cooperación que deben guiar las relaciones internacionales en el siglo XXI.
México, por su parte, mantiene su compromiso de abordar los problemas de seguridad, migración y narcotráfico de manera conjunta, pero siempre bajo su propio liderazgo y con una estrategia clara: la colaboración respetuosa. La administración de Sheinbaum ha dejado claro que los problemas deben resolverse mediante el diálogo, no con amenazas ni con la imposición de agendas ajenas.
A medida que Donald Trump asume nuevamente la presidencia de Estados Unidos, la respuesta de México es firme: no habrá subordinación, pero sí un compromiso inquebrantable con la cooperación en temas que afectan a ambas naciones. Sin duda, este será uno de los mayores desafíos de la política exterior mexicana en los próximos años. El país tiene claro que su soberanía es inviolable y que, aunque la colaboración internacional es esencial, nunca debe ocurrir a costa de su independencia.