El Año de Hidalgo en el Congreso de Guerrero
LECTURA POLÍTICA Por Noé Mondragón Norato
Se pensó que las cosas cambiarían. Que, si no se atacaba a fondo, por lo menos se neutralizarían con determinación las conductas proclives al hurto oficial de los dineros públicos. Pero nada cambió. Y lo que es peor: esa misma operación grotesca y cínica del pasado priista corrupto, ocurre en una entidad que no logra romper decenios de marginación y, en consecuencia, proyecta elocuentes muestras de atraso.
En un Congreso local de mayoría morenista cuyo slogan principal ha sido contundente, pero activado en sentido inverso a sus tres postulados discursivos: “no robar, no mentir, no traicionar”. Basta con ubicar estos podridos y simulados contextos.
AÑO DE HIDALGO: VIGENCIA DESCARADA. – En los gobiernos priistas del pasado, la etiqueta “Año de Hidalgo” se aplicó siempre a todos aquellos personajes que estaban en el epílogo de su administración sexenal o trienal. Sobre todo, el presidente del país, los senadores, diputados federales, locales y alcaldes. Se atascaban literalmente con el millonario presupuesto final.
El beneficio los bañaba a todos por igual y generosamente. Era una forma eficaz de silenciar eventuales rebeliones políticas y mantener el control sobre opositores y aliados. Una cultura nefasta y hamponesca que se creía acabada con el desplazamiento del PRI en las elecciones presidenciales de 2000 y luego en 2018. Pero espantosamente, sigue vigente. Se lee así:
El Año de Hidalgo en el Congreso de Guerrero
1.- En el Congreso local, los diputados del Morena acordaron otorgarse un millonario bono por fin de legislatura que sobrepasa los dos millones de pesos para cada uno de los 46 integrantes. Un oficio que circuló profusamente en redes sociales y que demanda una ampliación presupuestal por más de 108 millones de pesos así lo confirma. Presta, la presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Citlali Calixto Jiménez justificó que era un recurso para liquidar a todos los trabajadores eventuales de la actual y la anterior legislatura local. ¿Por qué no se liquidó en 2021 y en el fin de la anterior legislatura a esos trabajadores y tanto los extitulares de la Jucopo, Alfredo Sánchez Esquivel, Yoloczin Domínguez Serna y la propia Citlali aceptaron ese adeudo sin quejarse?
¿No se los permitió acaso el exgobernador priista Héctor Astudillo a pesar de que el Congreso local maneja su propio presupuesto y era un derecho laboral de los trabajadores? Es claro que Calixto Jiménez ya se convirtió en especialista en dar a los guerrerenses “atole con el dedo”.
El Año de Hidalgo en el Congreso de Guerrero
2.- Para no desentonar con este tipo de aberraciones y comportamientos que siempre encuentran justificaciones absurdas y engañosas, la Auditoría Superior del Estado (ASE) a cargo del astudillista César Paris Peralta Hidalgo – quien es compadre del exgobernador tricolor−, acaba de entregar un reconocimiento al diputado morenista Jacinto González Varona y ya destapado aspirante a gobernador, “por su destacado y valioso desempeño como presidente de la Comisión de Vigilancia y Evaluación de la ASE, así como su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas”.
Desde luego, Jacinto no vigila en realidad a la ASE, pero seguramente ya está enterado del millonario bono que recibirá como “premio” de fin de legislatura. Tampoco el propio César Paris Peralta se atreve a ventilar las corruptelas de sus patrones, los diputados locales morenistas y de las demás fracciones partidistas, pues esa actitud de silencio y reconocimientos sin mérito, esconden su propia complicidad. Pero también sus beneficios.
El Año de Hidalgo en el Congreso de Guerrero
3.- Traspasado el escándalo mediático de rigor, los 46 diputados locales de la actual legislatura local terminarán recibiendo sus dos millones de pesos. Porque si la ASE también está generosamente “maiceada”, ninguna otra autoridad tiene competencia alguna para indagar la aplicación corrupta del millonario presupuesto manejado por el Congreso local.
Así que, con toda su verborrea tan inútil como estéril, la diputada Citlali Calixto ya no debe −por salud pública y del propio Morena− ser ratificada al frente de la Jucopo en la siguiente legislatura, pues sabedora del cuantioso presupuesto que se maneja en el Congreso local, le tomó cariño y amor a la curul local ofertándose como integrante de la comunidad LGBT, a fin de conseguir por la vía plurinominal, su reelección. Y por eso el priista Año de Hidalgo va. Los diputados locales morenistas de Guerrero están “traicionando, robando y mintiendo” a todos los habitantes de estos lares sureños. Qué tal.
HOJEADAS DE PÁGINAS…
Nada más para ubicarse en la misma vertiente de los saqueos y la impasibilidad de la ASE ante sus continuas crisis de legitimidad, en el municipio de Iguala la bomba estalló. El edil entrante del Morena −pero que asume en realidad como priista y cuadro político indiscutible del exgobernador Héctor Astudillo− Erik Catalán Rendón, denunció que el actual edil priista, David Gama Pérez, saca muebles y documentos del ayuntamiento sin supervisión oficial alguna. Es decir, está dejando sin escritorios y archivos a ese ayuntamiento. Pero en realidad, la mayoría de los alcaldes hacen lo mismo. Reproducen el saqueo como deporte estatal. Porque en su visión corrupta y depredadora “todo lo que entró, salió”. Y David Gama parece no cantar mal las rancheras en esa pista. Sus hechos como edil y el golpe a su reelección derivado de su mal gobierno lo confirman.